viernes, 23 de septiembre de 2011

La inversión de roles: una noche como marsupial

La vida social del marsupial es de lo más activa. Podríamos decir que en la última década sólo sufrió pequeñas variaciones. En vez de fútbol, ahora es ir a comer. En vez de salir de lunes a lunes, salen de jueves a domingo. Nada muy radical, teniendo en cuenta que los años pasan y las responsabilidades se acrecientan. La vida social de una domadora mengua a una velocidad inversamente proporcional. Aquellas noches eternas de fiesta en fiesta, de brillos labiales y salir con musculosa en invierno, mutaron a una seguidilla que va desde las rondas de mate hasta las sofisticadas meriendas con cookies, cup cakes y demás delicias que nadie sabe bien de qué se tratan. Pero si vamos a los hechos, cuando llega el sábado a la noche más de las dos o tres de la mañana, con furia, no llega. Diferente es el caso de los Marsupiales, que amanecen en manada con toda naturalidad, como si el efecto del alcohol y el humo les hubiera hecho olvidar que en algún lugar del mundo hay una domadora que los espera. Claro está que este tema siempre está lleno de escozores, planteos, discusiones y, por lo que me chusmearon, llegó a desencadenar rupturas. Al margen de todo este tipo de cuestiones, lo cierto es que un fin de semana decidí colgar el látigo y el traje de domadora y, con mi mejor look marsupial, me fui a romper la noche. Jueves de happy hour y cena afuera, el viernes del trabajo directo para un bar, del bar a cambiarme a casa y de casa a lo de un amigo, y el sábado fue la joya de la semana. Me puse los tacos que provocan vértigo, me eché las más finas galas encima y me fui con una amiga a un bar muy chic. Sólo puedo confesar que tomé hasta el hartazgo, que un muy atento caballero se ofreció a hacernos de remise en su lujoso coche hasta una fiesta llena de gente que se hace llamar "cool". Cuando M1 llegó a casa, encontró un bulto de maquillaje, brillos y aliento etílico. Al día siguiente, él se levantó temprano, lavó la ropa, ordenó la casa, y fue como el más amoroso del mundo a despertarme con un mate espumoso en la mano. Cuando abrí a medias un ojo, una resaca asesina invadió cada cédula de mi ser. Menos mal que M1 se encargó de sacarme los tacos, porque sino se los revoleaba por la cabeza! En ese preciso instante, cuando tenía enfrente a una persona que moría por aprovechar el sol del domingo conmigo, tuve una epifanía y entendí lo que siente M1 cada domingo por la mañana. Y él, habrá entendido lo que es ser una domadora? Continuará...

14 comentarios:

  1. Love it!
    Tan bien narrado que me sentí ahí, parte de... Cada tanto es bueno cambiar los roles o no?
    Abrazo DOMADORA!

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  2. Jajajajaja, como diría una amiga alemana: buenísimo!!!! Dudo que un cambio de roles de este tipo se dé realmente, creo que lo que generaste es algo de confusión...

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  3. Generé preguntas? Ojo que también estar del otro lado me sirvió, aunque lo mio es ser Dora Doma! JAJjaJ En la próxima parte el resto del día en que fui marsupial!

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  4. Siento como si lo hubiera escrito yo!! que bueno es saber q no estamos solas ni somos las unicas q estamos con Marsupiales, o como me dijo una amiga recien...con la HERMANDAD!!!

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  5. Si Mirta definitivamente!!! Es que debo reconocer que tener la activa vida social de un marsupiales no es tarea fácil. Con razón después no pueden cambiar ni una bombita de luz!!!
    Sandra: mañana domingo hablamos!

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  6. http://colourstolive.blogspot.com/24 de septiembre de 2011, 9:23

    jajaj muy bueno escrito.. por suerte yo no tengo marsupial cerca.. el mio vive lejos, y aunque lo extraño no vivo los post sabados...
    saludos!
    http://colourstolive.blogspot.com/

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  7. A mi última noche de marsupial sacale los tacos, agregale un niñito al que no le pude servir ni un vaso de leche porque estaba abrazada al inodoro como hacía 12 años no sucedía y un padre de la criatura de viaje, juajuajuajua

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  8. En mi caso la experiencia marsupial se da una vez cada muerte de ovispo... pero cuando se da debo reconocer que mi marsupial se hace cargo de mi y de la criatura.
    Lo terrible de esto, es que luego, yo me siento completamente en deuda con ambos (el niño y el padre)... como que mi rol de domadora lo tengo tan adentro que no tolero que se hagan cargo de mi. OH MY GOD.

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  9. Domadora, yo he llegado al punto de que la descompostura no me dejara salir del baño, y el sujeto tuviera que baajr a hacer pis afuera. Al otro día su simple pestañear me hacía estallar la cabeza, así que lo despedí como pude y dormí lo que pude, teniendo en cuenta que vivo con una infante que además quería jugar. Si eso no es marsupial, el marsupial dónde está!

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  10. Más marsupial echale agua! Es que quedan sin norte, esperando instrucciones, cuando una lo único que puede contener el vómito!!

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